Estufas o calefactores… ¿Cuál es mi mejor opción? Lo importante es adecuarse a sus propias necesidades.
A pasos agigantados se acerca el invierno y los meses más fríos del año. Y esto, sin duda, pone a pensar a los habitantes de viviendas y departamentos: ¿qué sistema de calefacción elijo para las salas y habitaciones de mi hogar?
Antes de elegir una estufa o calefactor, es importante tener en cuenta cinco aspectos fundamentales: cuánta gente hay en la casa; el tamaño del espacio a abarcar; la cantidad de energía que gasta un sistema; el gasto mensual total del hogar, y la ventilación que tiene la habitación.
Estufa a parafina tradicional
Es una de las opciones predilectas gracias a la potencia de calor que brindan considerando el bajo costo del combustible.
Otro punto en el que destaca es en que es portátil, por lo que puede trasladarse a cualquier habitación de una vivienda.
Una de sus desventajas tiene que ver con su combustión, la cual puede ser dañina a la salud de las personas si es que la aspiran por un tiempo muy prolongado. Por ello, se recomienda también no utilizar en habitaciones completamente cerradas.
Existen opciones redondas que permiten una mejor expulsión del calor hacia toda la sala.
También existen alternativas de tiro forzado, es decir, poseen un tubo metálico que expulsa los agentes contaminantes directamente al exterior por medio del techo.
Calefactor
El calefactor es una de las alternativas para calefaccionar el hogar que más fanáticos han ganado durante el último tiempo. La razón principal es que funcionan con electricidad, lo que otorga energía limpia para el aire.
Calienta de forma casi inmediata cualquier espacio pequeño dentro de una casa, y destaca al ser un producto de muy bajo costo de adquisición.
Es fácil de transportar, aunque tiene un consumo eléctrico alto y emite mucho ruido.
Convector eléctrico
Este sistema de calefacción trabaja por convección, es decir, la energía eléctrica calienta unas resistencias, que a su vez expulsan el calor por sus rejillas. O sea, lanzan una especie de chorro de aire caliente.
Destacan por tener un consumo eléctrico más bajo que los calefactores. Sin embargo, tienen un costo de adquisición mucho más alto.
Hay opciones que van colgadas directamente a la pared, siendo una gran alternativa para ahorrar espacio.
Estufa a gas
Una de las opciones universales para proteger del frío las viviendas son las estufas a gas.
Su funcionamiento es muy simple: el gas, sea natural o propano, fluye desde la válvula principal de gas a un colector que tiene válvulas para cada quemador de la estufa.
Son menos contaminantes que las estufas a parafina, pero aún así se recomienda su uso en lugares abiertos. Esto porque la combustión de gas genera anhídrido carbónico, lo que podría producir asfixia en grandes cantidades.
Estufa a leña
Es la estufa predilecta en muchas zonas del sur de Chile y sectores rurales debido al bajo costo de su principal combustible: la leña.
Para otorgar mayor seguridad, las chimeneas y las salamandras actuales presentan un diseño cerrado, mucho más seguro para evitar accidentes.
Pero ojo, que existen muchos lugares en que las estufas de leña están prohibidas debido a la cantidad de contaminación que emanan.
Estufa a leña
Es la estufa predilecta en muchas zonas del sur de Chile y sectores rurales debido al bajo costo de su principal combustible: la leña.
Para otorgar mayor seguridad, las chimeneas y las salamandras actuales presentan un diseño cerrado, mucho más seguro para evitar accidentes.
Pero ojo, que existen muchos lugares en que las estufas de leña están prohibidas debido a la cantidad de contaminación que emanan.
Estufas a pellets
En cuanto al diseño, son muy similares a las estufas de leña. Sin embargo, su combustible de pellets se considera como un súper combustible, al ser un agente muy poco contaminante.
Los pellets se consideran como uno de los sistemas de calefacción más revolucionarios y limpios, los cuales se fabrican en base a residuos vegetales de madera.
Al quemarse estos pellets, se emana un calor constante. En general, un saco de pellets suele durar entre 2 a 3 días.
Fuente datos: Copesa