La Economía Circular es un modelo productivo y de consumo que opera bajo la mirada de que nuestros recursos no son eternos y que nuestros procesos productivos generan residuos y otros impactos (contaminación, huella hídrica, huella de carbono, huella ecológica).
Según las palabras de Gabriel Díaz, Ingeniero de Control de Proyectos de Trei Inmobiliaria, “la oportunidad que nos da la Construcción Circular está en el potencial de escalamiento que existe al integrar más estrategias de circularidad retroalimentándose en conjunto con el resto de la cadena de valor”.
La necesidad es urgente: según las cifras del Ministerio de Obras Públicas, se habla de un 4% de reciclaje de residuos de construcción y demolición en Chile. La oportunidad no está solo en el 96% restante, sino también en el potencial de escalamiento que existe al integrar más estrategias de circularidad.
En base a ello se propone que los bienes sean producidos para mantenerse en su más alto valor durante el mayor tiempo posible, permitiendo su reincorporación en nuevos ciclos de vida.
Gabriel Díaz explicó que “con anterioridad a toda actividad humana existe la naturaleza como soporte original y ésta es regenerativa por esencia. En los modelos de economía circular no solo se plantean asuntos en relación con ciclos de vida, sino que deben ser restaurativos por intención, preservando y mejorando el capital natural y deben velar desde la etapa de diseño por minimizar el impacto, la contaminación y los residuos”.
Se distinguen 2 ciclos:
El ciclo biológico, relacionado a alimentos y a aquellos materiales de base biológica asociados a sistemas renovables. Nuestra industria incorpora por ejemplo la madera, el bambú, la paja o los biomateriales.
El ciclo técnico está asociado a procesos productivos basados en recursos no renovables. La industria de la construcción principalmente se desarrolla en el ciclo técnico, a pesar que nos cruzamos con el ciclo biológico en algunos procesos.
La gestión de residuos es una parte de la Economía Circular.
Es un primer acercamiento ya que en una obra podemos visualizar y medir residuos de manera directa. No obstante, no podemos hablar de tal concepto en la construcción si no hablamos de Arquitectura Circular, de Componentes (o Materiales) Circulares, entre otros.
La cadena de valor circular de nuestra industria es de mayor complejidad que en otras. A cada uno de estos actores le corresponde una responsabilidad propia hacia un desarrollo circular.
Si hablamos de residuos de construcción, hay que tener presente que estos se generan conceptualmente en la etapa de diseño (arquitectura, ingeniería, diseño de materiales) y se terminan de generar por ineficiencias durante los procesos productivos (industrias, fábricas, obras de construcción).
Por lo anterior, dentro del área inmobiliaria, es más preciso hablar de “Entorno Construido Circular”, en el cual se incluye el proyecto (estrategias de diseño por capas, adaptable, multifuncional, desmontable, etc.), los componentes (uso de materia prima reciclada, componentes reutilizados), la deconstrucción o desmontaje (que permite gestionar la minería urbana) y por supuesto una construcción más eficiente, que mide sus impactos y sus residuos, que segrega residuos para su posterior valorización, que es industrializada y prefabricada.
Por otro lado, existe una segmentación muy particular: nuestro entorno construido es capaz de soportar ciclos de larga data: miles de años si nos remontamos a las primeras edificaciones humanas. Al mismo tiempo, la dinámica propia de nuestra sociedad induce a cambios de diversa índole que motivan a modificar, remodelar y hasta demoler edificios o parte de ellos para suplir nuevos requerimientos, los que con toda seguridad en un futuro quedarán nuevamente obsoletos”, concluyó el Ingeniero.
Hoy, se diseña y se construye para permitir una historia futura.